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Lecciones electorales

Publicado: 2010-10-25

A las 4.00 pm del domingo 9 de abril del 2006 todos los medios de comunicación anunciaron que el ganador de las elecciones generales era Ollanta Humala. El segundo lugar era de Lourdes Flores seguida por un estrecho margen, no más de 1%, por Alan García, quien quedaba fuera de la segunda vuelta.

Al amanecer del 10 de abril la ONPE daba, al 67% de los votos contabilizados, a Flores como ganadora con 25.70% de votos vs. García con 25.07%. Pero a las 4.00 de la tarde todo cambió para siempre. García obtenía (al 78.10%) el 24.93% de la votación y Flores 24.37% quedando en tercer lugar. A las 9.00 de la noche (con 80.68% de votos contabilizados), García obtenía 24.93% y Flores 24.03%.

Lourdes Flores reconoció su derrota el 3 de mayo del 2006, 24 días después de las elecciones. El resultado final fue 24.324% de votos válidos para García y 23.814% para Flores. En un universo total de 14,632,003 votantes, esto significó una diferencia de 62,578 votos; es decir, 0.51%. Bastante menos de lo que hoy disputa con Susana Villarán, un 0.877% a favor de ésta al 95.152% según el último reporte de la ONPE.

¿Por qué el 2006 el reconocimiento de la derrota de Flores resultó políticamente irrelevante? Porque García actuó desde el 11 de abril como ganador.  De inmediato atacó hábilmente al Presidente Chávez quien cayó redondito en la provocación logrando que le lloviera lo más graneado de los adjetivos del autócrata tropical. El país escuchó con espanto la labia grosera del amigo de Humala y García, deleitado, se ganó en ese instante a los atemorizados votantes de Lourdes Flores que ya no querían saber más de ella. Para fines de abril, el Perú tenía una crisis diplomática con Venezuela mucho más interesante que los reclamos de Barrón pidiendo la nulidad de las elecciones de más de un ciento de distritos completos ante el JNE. Nadie le hizo el menor caso.

Tres lecciones deja esa, hoy lejana, elección. Primero, que la ONPE puede producir resultados a más del 80% en 24 horas si es que el proceso no se llena de formalidades absurdas que deben ser derogadas con urgencia antes del próximo proceso electoral.

Segundo, que en el PPC cuesta aceptar las derrotas y, parece, que hacerle ver a Lourdes Flores que perdió no es nada fácil. ¿O tal vez alguno cree que si García volteó el partido al 78% de la elección, ellos lo pueden hacer al 96% y con una diferencia más grande?

Tercero, que Alan García no necesitó de un conteo para actuar como ganador, y menos de un plantón. Simplemente, con la “gracia” que lo caracteriza, no perdió el tiempo y actuó como tal. Fuerza Social  actúa como si todavía no pudiera creer que ha ganado las elecciones. Alguien debería avisarles.


Escrito por

Dánae Rivadeneyra

Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.


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